En 1860 llegó un militar llamado Giuseppe Garibaldi, que hizo una labor titánica al unificar a todos esos estados débiles. Se prolongarían los encuentros por dos años, hasta que en 1872 se juega por fin el primer partido internacional oficial. Volviendo a los años 1900, en dicho torneo, exclusivo británico, la selección inglesa sería la máxima galardonada, demostrando un gran dominio en el que era «su» deporte, encontrando grandes dificultades frente a Escocia, que sería su rival más complicado y con el que mantendría una rivalidad que perduraría hasta la actualidad.